#52: Cuídate mucho 🐙
Una propuesta sobre el cuidado, un lanzamiento + taller este sábado, y recomendados para ser ave.
Hola, vos,
Hace varios años, la artista francesa Sophie Calle recibió un mail de su novio en el que éste rompía con la relación. Al final de la carta decía: “cuídese mucho”. Ella quedó más aturdida por el hecho de que esa fuera la forma en la que él hubiera elegido terminar algo importante, que por la ruptura en sí. Así que decidió lidiar con esto a su manera.
Le dio la carta a múltiples personas de distintos oficios para que la interpretaran, la bailaran, la cantaran, se burlaran de ella. Cada una de estas respuestas las grabó y las expuso como una obra performática.
Ella lo había escuchado. Su forma de cuidarse fue haciendo lo que mejor sabía hacer: arte. Pero también tomando algo, una mínima frase, que encontraba doloroso y darle vueltas, repetirlo tanto, que al final cambió su significado. Lo transformó en algo que no cerraba sino que abría posibilidades.
He pensado bastante en la palabra “cuidado” en los últimos años. Una idea que nos deja Calle es esta: el cuidado es diferente para cada persona. Uno a veces no se da cuenta de que está cuidando mal a los que ama porque asume por ellos lo que es mejor. Para cuidar, es decir, para dar, es necesario primero ser un buen receptor: escuchar, observar y conocer mejor al otro. Es prestar atención. Es crear esos espacios para tomar aire, hacerse bolita, dar y poner límites.
Otro concepto casi siempre relacionado con el cuidar es la maternidad. En el imaginario tradicional, las madres son las que cuidan; por eso alimentan, cubren con lo que tejen, enmiendan lo que está roto, sanan las heridas con hielo y con besos, incluso sostienen familias enteras y buscan mantener la unión. A veces a toda costa. A veces incluso se olvidan de ellas mismas por cuidar al otro.
“Cuidar un jardín es cuidarse a uno mismo. Es romper la rutina, detenerse en un ritual silencioso con algo que está vivo y habita nuestro mismo espacio. Al darle agua y luz, recibimos de vuelta eso mismo”, Autorretrato en el jardín.
Leamos ahora la maternidad como una experiencia que cada uno puede vivir de alguna forma porque todos creamos, criamos, cuidamos. No solo personas. También animales, plantas, comunidades, ideas. Son estas últimas las que tienen piernas más largas. Las ideas pueden volverse emociones y luego palabras y luego gestos y luego acciones y luego destino. Son niños invisibles que juegan y se transforman cada día hasta que quien nos los ve tan seguido es incapaz de reconocerlos.
“Cuídese mucho”, le escribieron a Sophie Calle. Entonces nació una idea. Y ella la cuidó.
Me despido, claro, deseando que también te cuides mucho,
Jules.
👆Este café virtual es una especie de propina que me das porque esta carta le aportó algo a tu semana. No conté cuánto tardé en escribirte, pues recolecté y pensé lo que quería decirte durante varios días. Gracias por compartirme también de tu tiempo, es lo más valioso.
»Un taller, un lanzamiento y un kit de bordado
¡Sigamos celebrando el nacimiento del libro Las cosas olvidadas! Por eso, te invito este sábado 2 de marzo a dos encuentros en Casa Tomada:
-Taller de bordado: caja de memorias: 10am. Inscripción.
-Lanzamiento del libro + exposición de bordados originales: 2:30pm. Entrada libre.
A quienes no pueden estar en el taller también les pensé, así que hice un kit para bordar la cajita desde la casa y además recibir el libro (solo Colombia). Escríbeme para obtenerlo.
Puedes comprar “Las cosas olvidadas” en Norma, Casa Tomada (hace envíos internacionales) y Espantapájaros.
»Ven este domingo a hacer picnic con las ballenas más literarias 🐳
»Lee en la Revista Credencial de este mes una crónica que escribí acerca de viajar sola.
“Había que perderme para prestar atención, para recordar que había elegido esa incomodidad, ese riesgo de viajar sola, pero también la satisfacción de volverme a encontrar. Al fin y al cabo uno se sigue perdiendo, sin importar si está en un bosque, en una ciudad, en una inmersión en el océano. Uno se puede perder aún en la cama. Uno se pierde aún en compañía”.
Una lectora de Perder el hilo me escribe: “Te quisiera pedir un poema sobre el hogar, las mudanzas, el hacer nido... algo por ahí, ¿te inspira alguno?”. Sí, respondo, uno bellísimo y sorprendente de una poeta ecuatoriana. Aquí va.
[Retomé el trayecto], Yuliana Ortiz Ruano
Retomé el trayecto
cuando la isla
volvió a cubrir sus bordes detrás de las palizadas:
observada desde el cosmos
Limones parece una célula
o un erizo de mar
moviéndose a 1 km/h
arriba del océano Pacífico.Ato la boca que quiere describir las razones por la cual
este mar debería nombrarse de otro modo
para continuar con la descripción minuciosa de la isla
vista desde arriba.No sé lo que es un Hogar
pero puedo correr
con mis pies de animal salvaje
descalza
hasta reconocerlo.Esto es un hogar: una lancha apelmazada con sacos llenos de animales emplumados muertos tres maletas rotas por los trayectos desilachándose saliéndose las ropas como de un cuerpo destripado unas zapatillas arrancando la piel de los pies que laten de andar y el agua entrando a cuentagotas por los orificios microscópicos del suelo de este hogar a la deriva esperando que la marea la arrastre hasta la tierra.
Los animales emplumados se infestan pronto de vida:
una lancha a la deriva
a punto de hundirse
es lo más cercano a un hogar.
Para ver:
-American Fiction: no solo por estar nominada a los Oscar, sino porque reflexiona sobre el oficio de la escritura y hace una crítica frente a lo que “vende”. También está presente el tema del duelo y la memoria.
-Todos los días son días: Una animación de la ilustradora Alejandra Vélez preciosa, sutil, sobre cómo la rutina no es aburrida si miramos con atención.
Sigo enganchada con la artista Louise Bourgeoise, esta vez para enseñarles dos de los libros que se han escrito sobre su vida llena de telas… y de arañas.
Lee un fragmento de Nana de tela / Lee un fragmento de Louise Bourgeoise (en inglés)
Para escuchar: el banco de sonidos de aves más grande del mundo.
🐦Para leer: El año en que mi madre tuvo los ojos verdes, de Tatiana Ţîbuleac.
Desodiar a la madre. Desodiarla aunque nunca se le haya odiado. Esto es: contemplarla, en el sentido de observar y en el sentido de cuidar. Cuidarla, cuidándose. Dice el narrador: “Mi madre fue la primer mujer desnuda que tuve entre mis brazos” y “nunca habría pensado que llegaría a dar de comer a mi madre con una cucharita o a hacer otras cosas que había empezado a hacer esos días. Tal vez si hubiéramos nacido al revés -yo la madre y ella el hijo- todo habría salido mejor”.
Prometí que en este número compartiría “En una trama infinita”, una antología de cuentos de los ganadores de la residencia con la escritora alemana Cornelia Funke gracias al seminario de Literatura Infantil y Juvenil de Pereira y que tuve el gustazo de ilustrar con bordado: Descárgalo aquí.
Conoce a las bordadoras de Isla Negra, Chile, quienes cuentan su vida cotidiana como un dominio de su hogar, su “bordar mundo”. Esa es su crónica de los días, un registro de sus labores. Ellas labran la tierra y luego labran la tela.
En el enlace también podrás descargar el libro “Bordar el desborde”.
Chile está lleno de poesía, bordado y arte. Para otra muestra, una flor: mi amiga Mariapaz. Desde el litoral, ella recita, borda jardines y pinta murales y retratos personalizados.
Hice esta playlist pensando en pájaros que cantan en una mañana ligera. Así como para estar de buen despertar todo el día. Disfrútalo:
Llegué a este hogar un día de pandemia. Mis humanos me necesitaban y yo a ellos. Era una cachorra que había estado buscando refugio bajo los carros y con una que otra pulga. En el parque éramos varios gatos que parecían nacidos de cajas de cartón. Tal vez me abandonaron porque hacía parte de una camada muy grande, aunque me gusta pensar que me liberé.
Ten gatos
si quieres aprender a pilotear
la otredad de los que aman.
Otredad no siempre es abandono-
Los gatos vuelven a sus arenitas
cuando lo necesitan.
No maldicen por la ventana
a sus enemigos.
Esa mirada de sorpresa perpetua
en sus enormes ojos verdes
te enseñará
a morir sola.Eunice de Souza, Consejo para mujeres
Ahora regreso a las cajas por voluntad, por juego, por limpieza. Me sé amada y por eso duermo en 101 posturas distintas. Y sueño que hago masajitos. También sé que ellos son más felices conmigo que sin mí.
Rima 🐾
Que hermosa entrega ❤️ Gracias por recordarme lo importante que es cuidarme.