💦 Perder el hilo #25: ¿Te estás ahogando?
 Yo tendrÃa unos cinco años. Detestaba el flotador porque me veÃa a mà misma ridÃcula ante los demás niños. Era la única que no sabÃa nadar, la única con flotador de "bebé". Desobedeciendo a mi madre, me lo quitaba a cada rato y además me iba al lado profundo de la piscina agarrándome de los bordes. QuerÃa estar al filo de la aventura, observarla, pero sin vivirla directamente. Hacerlo implicaba aprender, intentar, fallar, pedir ayuda.
Me confié demasiado y me hundÃ. Mis gritos no se escucharon y mis padres estaban lejos. Me fui desmayando mirando hacia arriba, enceguecida por el sol que bailaba en la superficie del agua. Era tal cual la luz al final del túnel, y el túnel se cerraba. Se cerró. Lo siguiente que recuerdo fue estar a la orilla de la piscina, devolviendo el agua después de una reanimación. Antes de eso, casi me ahogo en un rÃo. Y después de eso, ya adulta, casi me ahogo en el mar.Â
El ahogamiento ha estado presente de otras maneras. Es la sensación que mejor describe un ataque de ansiedad o esas situaciones en las que no quiero estar, en las que me pellizco porque quiero que sean pesadilla. El túnel cerrándose y soy la única que puede hacer algo. Pero ¿cómo hacerlo si me estoy ahogando?
Aprendà a nadar (no muy bien, pero algo es algo) de la manera más básica: flotando. Empezar por ahà ya era un reto per se, pues estaba el temor de hundirme y la falta de control en la respiración. Mi hermana Jenny me enseñó a superarlo con un juego. Yo me hacÃa boca arriba y ella me sostenÃa, me acunaba. Imaginaba que era un avión y que podÃa volar, como lo hacÃa cuando ella me levantaba con sus piernas. Jenny me daba indicaciones de cómo respirar: inhalar muy profundo, sostener un poco, soltar suave. Cerrar los ojos. Dejarme llevar hasta que, sin darme cuenta, ella ya no me sostenÃa. Entender cómo flotar me hizo boom en la cabeza y, de un momento a otro, supe que asà mismo podÃa nadar. Solo faltaba agregar el movimiento de piernas y avanzar.
Mantenerse a flote. Eso es todo. En el agua o en la vida. Me hace más sentido cuando recuerdo lo que pasa por mi mente en los tiempos difÃciles: ese deseo de huir, de hacer algo, de entender, de solucionar ya ya ya ya. Pero me estoy ahogando.
Primero hay que flotar. Recordar que somos, sobre todo, agua. Que venimos de ella. Casi siempre, uno puede controlar la respiración y desde ahà empezar a calmar al cuerpo. Algo siempre lo sostiene a uno: la hermana, el piso, los pies, la tierra, los brazos de la marea. Se trata de confiar. Si no pierdo la vista de ese cielo azul, aunque se esconda tras las nubes, sé que podré quedarme ahà mientras pasa lo peor. Luego, sin nadar en contra de la corriente, sino saliéndome de ella (como aprendà en mi experiencia en el mar), intentar llegar a la orilla. Cualquiera que esta sea.Â
No te ahogues, no por hoy, Jules Â
-Gaveta de recomendados-
La trama
Un poema está lleno de imágenes y si esas imágenes las ponemos en movimiento ya no solo tenemos palabras sino un juego. Hoy recomiendo "PoesÃa para jugar" (Qué lindo leer y Trafún Ediciones, Chile) una propuesta de taumatropos para recortar y declamar versos como: "Todos los nombres de los pájaros nacen de sus canciones", de Felipe Munita. En esta colección hay poemas e ilustraciones de varios artistas. Y una cosa linda: es de descarga gratuita aquÃ.
El carrete
Como ya estoy en modo Premios Oscar, quiero recomendar no necesariamente lo que van a ver en todas las carteleras de cine, sino esos filmes que menos pantalla tienen. Por ejemplo, en documentales está nominado "Elephant Whisperers" (en Netflix), sobre unos cuidadores de elefantitos huérfanos en Asia. Me hizo echar lágrima un par de veces. También suelo verme todos los cortos animados: "El niño, el topo, el zorro y el caballo" está nominado! Y, mientras encuentro dónde ver los demás, siempre es bueno recordar el ganador en 2016 "Historia de un oso", sobre la dictadura en Chile y que pueden ver aquÃ.
¡Cuéntenme de sus preferidos en los Oscar!Â
Telar de jardines
Encuentro fascinante cómo Clarice Lispector creaba sus propias definiciones acerca de los jardines. Miren la belleza que escribió para "Rosa" en su libro "De natura florum": "Es la flor femenina, se entrega toda y tanto que solo le queda la alegrÃa de haberse entregado. Su perfume es un misterio femenino; si es profundamente aspirada, toca el fondo del corazón y deja el cuerpo todo perfumado. Su modo de abrirse en mujer es bellÃsimo. Los pétalos tienen buen sabor en la boca, basta con probarlos. Las rojas o prÃncipe negro son de gran sensualidad. Las amarillas dan una alarma alegre. Las blancas son la paz. Las de color rosa son en general más carnosas y tienen el color por excelencia. Las anaranjadas son sexualmente atractivas".
Dedal de yogui
Hablando de mantenerse a flote, me fascinó la portada de "Relajaciones", hecha por el gran Guridi. Justamente se trata de contarse historias para visualizar ese escenario en el que podemos (adultos y pequeños) sentirnos más tranquilos. Eso también es el yoga. Este libro fue escrito por Mamen Duch y publicado por Flamboyant. Por fuera de Europa es posible conseguirlo aquÃ.Â
Puntada creativa
Para quienes bordamos, uno de nuestros mayores referentes es Gimena Romero. Ella, además, es una contadora de historias excepcional y es capaz de hablarte de algo tan técnico como la dirección de la puntada o de algo tan Ãntimo como el alma del bordado a través de palabras asÃ: "En el ejercicio del ir y venir de la aguja, alcanzamos a ver el reflejo de lo más puro que hay en nosotros (...). La imagen textil nos moldea como seres sensibles al pasar por nuestro cuerpo". Su más reciente libro, Bordado pictórico, va mucho más lejos que un manual; es una provocación de autoconocimiento.Â
Aguja que suena
Hace poco recibimos la tristÃsima noticia de la partida de Mauricio Lleras, uno de los libreros estrella de Bogotá. Una forma chiquitita de seguirlo teniendo cerca es escuchando sus conversaciones y recomendaciones en el podcast "El librero", del que alcanzó a grabar varios episodios. Lo hayas conocido o no, te aseguro que vas a encarretarte con sus palabras.Â
>>En cuanto a música, gracias al Gato con botas (nominado al Oscar de animación), descubrà la bellÃsima voz de Gaby Moreno. Â
El ovillo
Una de mis escritoras favoritas es Hebe Uhart. Con su mirada aguda y lenguaje sencillo hace notar lo increÃble de lo cotidiano. Más que las palabras, son las imágenes que escoge. Como su gato: "Tiene un maullido distinto para cada cosa, pero uno totalmente diferente para el extrañamiento metafÃsico: es largo, quebrado y mientras mira a su alrededor con cara de desconocimiento y asombro, como si fuera la primera vez que observa todo". Si quieres leerlo completo, aquà está.
Dechado de imágenes
¡Hay tantas cosas que amo de la Ophelia de J.E. Millais! Empezando por el mismo hilo del que hablé hoy: esa sensación de ahogamiento y a la vez de belleza, del infinito que se esconde en el momento justo antes de morir. Hay más cosas, como que la modelo de Millais fue Elizabeth Siddal, que además de ser musa de muchos artistas, era una pintora ella misma, además de poeta y ¡costurera! También que la historia en la que se inspiró Millais es la de Hamlet de Shakespeare. Ophelia parece enloquecer y morir ahogada, especialmente de dolor ante la pérdida del padre y del compromiso con el amado Hamlet, rodeada de las flores que ella misma recogÃa. Flores que simbolizaban todo lo que querÃa decirles a sus enemigos.Â
-Botica poética-
Poema para perder el afán
El momento, Marie Howe
Ah, ese momento asÃ-repentino
en que, no pasa
nada
y no hay listas de cosas-por-hacer
tal vez por medio instante
la prisa del tránsito se detiene.
El zumbido del Debo ser, Debo ser, Debo ser
se desacelera hasta callar,
y ya ni se mueven las blancas cortinas de algodón.
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(Si te apetece que te recomiende algún poema para tus dolencias, solo escrÃbeme)
-Nudo final-
Cuando estar con el otro es más importante que un buen dÃa de trabajo.