#58: Los diarios de ideas 📓
De cómo los diarios y cuadernos de notas son esenciales para mi proceso creativo.
El origen de todas mis ideas está en un pedazo de papel. Hay algo antes, sí: un sueño, una conversación, un recuerdo… pero de nada sirve si lo olvido, si no lo anoto en uno de mis cuadernos y empiezo a materializar la idea. Escribir esos pensamientos al vuelo, sin demasiada exigencia ni expectativa, es una manera de darme el permiso de crear. Es el primer aliento para creer que cualquier cosa, por insignificante que parezca, tiene el potencial de ser un libro, un bordado, en fin, algo que trascienda. Con trascender me refiero a que salga de mí, que pueda ser compartido y que conecte, que inspire a alguien más a tener sus propias ideas.
Vamos a la práctica. Te mostraré algunas imágenes de mis diarios y cómo son parte vital de mi obra. Debo decir que además soy coleccionista de cuadernos de notas y que uso varios al tiempo: el de llevar en el bolso, el de sueños, de dibujos miniatura, de apuntes de bordado, de experimentos visuales, de poesía, de terapia, y más.
1. Un cuaderno miniatura cosido a mano. Lo compré en una feriecilla porque me pareció especial y su tamaño me inspiró a que el contenido también fuera una miniatura. Aquí me gusta replicar escenas cotidianas sin buscar el realismo, solo la expresión.
2. El borrador de un tríptico bordado que hice para el día de la madre. Más que planear la técnica, aquí busco el concepto.
3. Esta es una obra que resultó tras un curso que hice y que usé como portada de un cuaderno artesanal. En los talleres de bordado no suelo hacer muestrarios, sino que intento aplicar las puntadas directamente en diseños propios.
4. No siempre tengo mis cuadernos a mano, así que escribo en las notas del celular. Son frases o ideas sueltas, incluso mal escritas, que en principio parecen no tener sentido, pero lo que hago es construir capas de significado que luego harán parte de un todo. Esto hace que una historia que aún no tengo tan clara vaya ganando peso.
Uno de mis momentos más felices es cuando en un viaje saco mi diario e intento copiar el paisaje. Es una forma de estar presente. No me interesa, nuevamente, ser realista. Para eso está la foto. Solo quiero explorar lo que resulta de ese ejercicio. Puede no terminar en una historia o libro o bordado, eso no es lo primordial. Solo quiero que permanezca en mí.
1. Apuntes de un taller de bordado que incluyen un trozo de tela para recordar la técnica. Con esto quiero decir que no todo es crear: también hay que darle campo al aprendizaje.
2. El borrador de una de las ilustraciones bordadas para mi libro Las cosas olvidadas. En este caso se me ocurrió que una máquina de coser parecía un pájaro, y así intenté dibujarlo en el papel.
1. La planeación para el fanzine de Morir, eso no se le hace a un gato. Aquí juego con el aliento de la historia, es decir, qué tan larga quiero que sea, qué quiero que diga en cada página y cómo lo voy a representar con una imagen.
2. Esta es una serie que se llama De niña solía… Aún no hago nada con ella, pero, mientras, sigo coleccionando ideas.
1. Un borrador después de que me preguntara cómo se vería una mujer llena de pájaros. La silueta la hice basada en una fotografía mía en la postura de loto.
2. Explorando colores en un taller de dibujo. Me sirve mucho para mis bordados más elaborados.
3. Un sueño y el dibujo de una portada de libro que vi y me gustó.
4. “Notaciones” es la forma en la que registro las cosas que me llaman la atención en el día a día. Este título hace referencia a los ejercicios de estilo de Queneau. También está el borrador de un pingüino emperador que hice en mi oráculo bordado.
El proceso creativo es incluso más importante que el resultado final, pues es donde uno realmente entiende el funcionamiento de un arte con el fin de hacerlo una y otra vez. La inspiración también es algo que se practica. Eso es lo que hace que un escritor de oficio (salvo algunos casos, claro) publique más de un solo libro. Lo esencial es el hacer.
Espero que esta carta te inspire a abrir ese cuaderno de notas que aun está en blanco.
Tuya,
Jules.
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🌷Un año sin grandes propósitos
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Adoro estos poemas en los que algo tan anodino como un globo puede ser un personaje poético. Lo receto para días de gran aburrimiento.
Globos, Sylvia Plath
Desde Navidad viven con nosotros,
Estos animales-almas ovalados,
Que cándidos y claros,
Ocupan la mitad del espacio,
Moviéndose y frotándose en la seda
Invisible del aire que los impulsa,
Dan un chillido y estallan
Cuando se les embiste, otras veces se deslizan y reposan, apenas temblando.
Bagre amarillo, pez azul—
¡Como las lunas extravagantes con las que convivimos
En vez del muerto mobiliario!
Petates, paredes blancas
Y estos viajantes
Globos de aire fino, rojo, verde,
DeleitandoEl corazón como un deseo o libres
Pavorreales bendecidos
Sobre la vieja tierra con una pluma
Golpeando metales estrellados.
Tu pequeñoHermano hace sonar
Su globo como el chirrido de un gato.
Parece ver
En el otro lado de esto, un divertido mundo rosa que podría comerse,
Él muerde,Luego se sienta,
De espaldas al jarro grasiento
Contemplando el mundo claro como el agua.
Un rojo
Jirón en su pequeño puño.
Maridar este poema con una canción para bailar a medialuz en una fiesta que ha terminado y de la que solo quedan globos rodando, fantasmales, por el suelo.
Biografía de un vestido, de Jamaica Kincaid, es un cuento delicado, intenso, que evoca unas memorias de infancia gracias a un poco de tela. Me parece muy interesante el recurso de los paréntesis para hacer apuntes desde el presente sin arruinar su voz del pasado. Aquí un fragmento:
“y esa foto de esa niña que llevaba un vestido amarillo con un bordado de punto nido de abeja en el corpiño fue lo que quizá desencadenó en mi madre el deseo de tener una hija que luciera así, o lo que desencadenó en ella el deseo de intentar que la hija que ya tenía se pareciera a la de aquella foto. Pero eso no lo sé ahora y tampoco lo supe entonces. ¿Y quién era esa niña de la foto? (No lo pregunté antes ya que no podía preguntar nada, pero sí me lo pregunto ahora) ¿Y quién le había hecho el vestido?”.
La verdad sobre la luz: Ya había hablado de este libro en la entrega de Guardiana de la luz, pero quise también compartirte mis fragmentos favoritos de esta novela de la escritora islandesa Auður Ava Ólafsdóttir.
La poeta estadounidense Sylvia Plath presentó por primera vez Tres mujeres como una obra teatral para radio. En un hospital de maternidad se escuchan tres voces. Cada una nos cuenta su forma de vivir lo que pasa en su vientre: la que siempre quiso ser madre, la que no puede y la que nunca lo deseó.
Hablando de Sylvia Plath, resulta que además de escribir, dibujaba muy bien.
Las mujeres en las cárceles de la dictadura ocultaron en sus cuadernos de costura claves para comunicarse entre ellas:
“En aquella época, ninguna mujer era ajena al saber enhebrar una aguja y, puntada a puntada, confeccionar su propia urdimbre. Por eso, aquellos ‘cuadernos de claves’ para sus labores de costura no levantaban las sospechas de las funcionarias y las monjas de la prisión. “Ahí se condensan esos códigos encriptados que se utilizan en clandestinidad”, insiste la autora, para quien estos folios demuestran que “las mujeres siempre han ideado formas de resistencia; y, en este caso, además, la desarrollaron a partir del rol que se les había atribuido, no solo en el franquismo, sino desde tiempos inmemoriales: el de la costura”.
Reloj literario: a la hora que visites esta página te dará un fragmento literario que señala esa misma hora.
El club de lectura Carbono. Cada mes se propone un libro y uno recibe gratuitamente un correo electrónico, semana a semana, con un comentario sesudo de un escritor/a invitado.
Los coloridos bordados de la artista húngara Mariska Karasz.
“Soy un gato, aunque todavía no tengo nombre. No sé dónde nací. Lo primero que recuerdo es que estaba en un lugar umbrío y húmedo, donde me pasaba el día maullando sin parar. Fue en ese oscuro lugar donde por primera vez tuve ocasión de poner mis ojos sobre un espécimen de la raza humana.
Viviendo como vivo entre humanos, he de decir que cuánto más los observo más obligado me siento a constatar su egoísmo. Eso es cierto especialmente en lo que se refiere a esas niñas maléficas con las que duermo. Cuando se les antoja, me ponen cabeza abajo, me tapan la cara con una bolsa de papel, me lanzan por ahí y a veces me encierran en el fogón de la cocina. Pero como sea a mí a quien se le ocurra hacer una travesura, por pequeña que esta sea, no duden que la casa entera se unirá para perseguirme por todas partes hasta darme caza”.
Bueno, soy una gata también, pero todavía no escribí algo así. Este fragmento es de “Soy un gato” de Natsume Soseki. Sí, también soy una gata, mi nombre es Rima. Nací en una caja, eso es lo primero que recuerdo, una caja donde me pasaba el día maullando sin parar. Ahora… ahora me la paso el día durmiendo cerquita de O.
Miaum…
Cada una de tus hermosas cartas de perder el hilo 🧵 son fuente de inspiración combinas la poesía y el arte de una manera tan suave y melódica que siempre espero con ansia la siguiente entrega además de cada una de tus publicaciones, amo tus fanzines y me han inspirado para hacer los propios
¡Qué hermoso lo que escribís! Tengo cuadernos y notas por todas partes, aunque ahí quedan las ideas y luego de un tiempo, cuando las releo, me asombran jaja. Es tan bella tu producción, me encanta. Muchas gracias por todo lo que brindás